CWK: Focaccia
Este mes, nuestra propuesta es muy sencilla, aunque no por ello menos deliciosa, se trata de elaborar una focaccia, un pan plano cubierto con hierbas o cualquier otro tipo de ingredientes, vosotros podréis realizarla de los sabores que queráis, así como de los distintos tipos de harinas que os apetezcan.
Es muy popular en Italia y se suele aderezar con sal gorda, aceite de oliva y romero.
Un poco de historia
Aunque es reconocido como típico de la gastronomía italiana, se cree que la focaccia procede de los antiguos etruscos o los antiguos griegos.
Focaccia de la palabra se deriva de la palabra latina “focus”, o corazón, y significa hogaza. Es el precursor de la Pizza tal como se conoce hoy en día.
Pizza es una derivación de este pan plano que se ha preparado desde la antigüedad en sus distintas formas y adornado con diversas hierbas, aceitunas, pasas y más ingredientes.
La diferencia principal a la vista entre una focaccia y una pizza es el grosor de la masa.
Una historia italiana la vincula con la localidad de Recco, en la provincia de Génova, y en un momento específico, cuando en el siglo XVI los pobladores de esta zona se vieron atacados por de piratas Saracenos, que sitiaron la localidad.
La población se refugió en los montes con lo necesario para sobrevivir, sobre todo harina, aceite y sal.
Otra historia vincula su origen a Liguria, región rica en plantación de olivos, siendo este aceite el principal ingrediente de la focaccia.
El agregado final lo dan las hierbas con las que se espolvorea la masa antes de cocinarse. Antiguamente, los romanos lograban un efecto similar cociendo las focaccias sobre hojas de laurel.
Sobre la receta
Nosotros os ofrecemos la receta base, para que cada uno añada los ingredientes a su gusto, y aquí os ofrecemos dos especialidades típicas:
AGLIO E OLIO: mezcle 4 dientes de ajo grandes con 2 cucharadas y media de aceite de oliva; con esta mezcla se rocía la base
AL ROMERO: en este caso se mezclarán dos 3 cucharadas de romero fresco a la harina antes de formar el bollo y se terminará antes de hornear con hojas de salvia fresca, sal marina gruesa y aceite de oliva
INGREDIENTES
500 g de harina de fuerza
125 ml de agua tibia
12 g de levadura fresca
250 ml de agua fría
5 g d sal fina
2 cucharadas de aceite de oliva
PREPARACIÓN
Mezcle la levadura con la mitad del agua tibia. Deje descansar en un lugar tibio durante 10 minutos, o hasta que se forme espuma.
Mezcle 125 g de harina con la sal y haga un hoyo en el centro. Agregue el resto del agua tibia, el agua fría y el aceite a la levadura y eche la mezcla en el hoyo.
Vaya incorporando de a poco la harina al líquido, hasta que lo absorba. Agregue otros 250 g de harina. Cuando la masa esté demasiado dura como para revolverla, forme un bollo con las manos.
Amase el bollo durante varios minutos hasta que la masa esté elástica, utilice la palma de la mano para estirarla hasta que tenga un grosor de 1 cm, puede ponerla de forma circular o rectangular.
Ponga la masa para focaccia, en una bandeja para el horno, cúbrala con un paño limpio y déjela levar otros 30 minutos.
Con los dedos practique hoyos por toda la superficie de la masa, para que en ellos se acumule el aceite de oliva y déjela levar aproximadamente 1 hora o hasta que adquiera el doble de su tamaño.
Caliente el horno a 200 º
Este es el momento en el que haremos la especialidad que corresponda: añadir aceitunas negras y mejorana, pintar con ajo y aceite, añadir gorgonzola,…
Hornee de 10 a 11 minutos, hasta dorar los bordes. Deje enfríar 5 minutos. Sirva caliente o tibia.
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