Cheesecake de calabaza. Receta
En esta receta se unen una de nuestras tartas favoritas, adoramos las cheesecakes y un ingrediente que nos parece imprescindible para las recetas dulces en esta época del año, la calabaza.
Esta tarta es perfecta de postre para cualquier cena o comida, es muy suave con un toque muy ligero a especias, y con la textura cremosa de una tarta de queso.
Atreveros a usar la calabaza en los postres o pasteles, es fantástica por la suavidad y jugosidad que aporta, podéis hacer el puré casero, teniendo en cuenta que debéis escurrir muy bien el agua o aprovechar los magníficos purés que ya podéis encontrar en latas.
Mucho mejor si la dejas de un día para otro, entonces conseguirás que se aúnen los sabores y tendrás un pastel excelente.
Cómo hacer una cheesecake de calabaza
200 g de galletas de jengibre
100 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
100 g de azúcar blanquilla molida
1 cuchara de té de canela
1 cuchara de té de nuez moscada
1 cuchara de té de jengibre molido
una pizca de sal
1 cuchara de té de pasta de vainilla
700 g de queso de untar tipo philadelphia
3 huevos
2 cucharadas soperas de nata
1 cucharadas de Bourbon
425 g de puré de calabaza (1 lata)
Precalentar el horno a 200º. Preparamos un molde de 23 cm, preferentemente desmontable.
Trituramos las galletas hasta hacerlas polvo, mezclamos con la mantequilla a temperatura ambiente, una vez que esté cremoso, extendemos sobre nuestra base y llevamos al horno a 200º unos 10 minutos. Una vez tengamos la base lista, reservamos.
Ponga el azúcar, las especias y la pasta de vainilla en un bol, mezcle y añada la crema de queso. Cuando esté bien batido, añadiremos los huevos de 1 a 1.
Añadimos la nata y el bourbon, volvemos a mezclar hasta que tengamos una crema bien integrada. Por último añadimos el puré de calabaza y batimos hasta que se quede una pasta homogénea.
Vertemos sobre nuestro molde, cubrimos el molde con papel de aluminio y llevamos al horno. Horneamos durante una hora aproximadamente a 180º
Comprobar con un palito que el centro de la tarta está firme, una vez lista, la dejamos enfriar durante una hora. Desmoldamos y guardamos en la nevera para consumir de un día para otro.
Se puede servir acompañada de doble crema o de nata montada.
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