Historia de las galletas Springerle
Las galletas Springerle son unas de las galletas alemanas más tradicionales para Navidad, son galletas blancas con sabor a anís que llevan una imagen de distintos motivos estampada sobre su superficie. Las imágenes se imprimen presionando la masa con rodillos de madera o con moldes planos finamente tallados en madera.
La historia de las galletas Springerle se remonta a casi mil años atrás, las tribus germánicas durante la celebración del solsticio de Invierno realizaban sacrificios de animales como ofrenda al dios Wotan (Odín) rey supremo de los dioses nórdicos, el caballo era considerado un animal sagrado para esas tribus y la palabra Springerle proviene de un antiguo dialecto alemán que significa algo así como “pequeño caballo de salto”.
Como la gente pobre no podía permitirse sacrificar a sus animales realizaban galletas en forma de animales para ofrecerlas como sacrificio al dios Wotan. Aun sobreviven algunos vestigios de esas prácticas paganas en las formas y grabados de los moldes de Springerles, con escenas de animales y de estas festividades.
En la edad media, con la inclusión del 25 de Diciembre en el calendario cristiano se continuó con esta tradición de las galletas estampadas, reemplazando los diseños paganos por motivos cristianos, los hornos de los monasterios que proveían de dulces y panes a la realeza fueron los que mayor influencia tuvieron al reemplazar los antiguos motivos en las Springerle incorporando los diseños religiosos que dominaron este período.
La primera receta de Springerle apareció en un libro de cocina de 1688, estas galletas se volvieron muy populares entre 1600 y 1800 cuando los artesanos comenzaron a fabricar moldes y rodillos tallados y grabados en madera con intrincados y finos detalles decorativos, los diseños tenían un importante significado simbólico: Fertilidad, virilidad, amor, etc., posteriormente también se incorporaron diseños con flores, frutas y detalles de la vida cotidiana de la época. La mayoría de los moldes de este período se encuentran en museos Europeos o en colecciones privadas.
Los moldes de Springerle son valorados como un tesoro familiar que ha pasado de generación en generación de madres a hijas a través de los siglos junto con las antiguas recetas celosamente guardadas.
Fuente: Patricia Arribálzaga (Cakes Haute Couture)
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