Baked Alaska, su historia
El Baked Alaska, también conocido como tortilla nurega, tortilla sorpresa o glace au four, consiste en un helado colocado sobre una lámina de bizcocho o de pudin de navidad que se cubre de merengue y se gratina. El merengue hace de aislante y consigue que el calor del horno no derrita el helado.
El nombre de Baked Alaska se lo dio el chef francés del Restaurante Delmonico’s de Nueva York, Charles Ranhofer, que en 1867 creó esta tarta para celebrar la adquisición de Alaska por parte de Estados Unidos, en la que el merengue imitaba a la nieve de esta isla. Tanto el nombre de Baked Alaska como el de Tortilla Noruega eluden al frío y la nieve de estas dos zonas.
A pesar de que el nombre se lo dieron en 1867, hay muchas dudas sobre el origen real de este postre. Hay versiones que indican que se originó en China, otros opinan que fue en Estados Unidos y otros que fue Francia donde se creó este magnífico plato helado.
La versión estadounidense indica que durante la presidencia de Thomas Jefferson, en 1802, se sirvió un helado envuelto en una masa caliente que fue el precursor del Alaska.
En 1804, Benjamin Thompson Rumford, también experimento con las claras de huevo y en su investigación, llegó a un plato que denominó Tortilla sorpresa, en el que el helado también iba envuelto en merengue y horneado, aquí se demostró la capacidad aislante de las claras de huevo.
También los franceses han querido hacerse “dueños” de esta receta y aseguran que fue Balzac quien lo introdujo en el páis gracias a un chef chino que le enseñó a preparar un helado envuelto en hojaldre crujiente que poco a poco fue derivando en la envoltura de merengue.
En 1895 el Chef del Hotel París de Montecarlo, bautizó al Baked Alaska como Omelette a la norvegienne, lo que hizo que este postre se hiciera popular en Europa.
Todo esto lleva a pensar que se hizo popular gracias al restaurante Delmonico’s, pero que llevaba muchos años presentándolo como postre de grandes banquetes, ya que no fue hasta 1896, que no apareció por primera vez en un libro de gastronomía, fue en The Original Fannie Farmer.
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